lunes, 23 de marzo de 2009

El Hipocampo de la Gran Nube de Magallanes



El Hipocampo de la Gran Nube de Magallanes

Para algunos puede parecer algo similar a un

gran monstruo espacial, pero es más grande que un

monstruo. Para otros puede que parezca

un caballito de mar pastando, pero el objeto oscuro

hacia la derecha de la imagen es realmente un

pilar inanimado de polvo humeante de unos

20 años-luz de longitud.


La curiosa estructura de polvo se está formando

en nuestra vecina Gran Nube de Magallanes,

en una región de formación estelar muy cerca

de la expansiva Nebulosa de la Tarántula .



La energética nebulosa está creando un

cúmulo estelar denominado NGC 2074, cuyo

centro es visible justo en lo alto de la imagen

en la dirección del cuello del hipocampo.


La fotografía superior, en falso color, fue

realizada el pasado año por la Cámara Planetaria

de Amplio Campo 2 del Telescopio Espacial

Hubble, en honor del viaje 100 000 del Hubble

alrededor de la Tierra. Mientras las estrellas jóvenes

del cúmulo se forman, su luz y sus vientos

erosionarán lentamente los pilares de polvo

durante los próximos millones de años .


La Gran Nube de Magallanes, nuestra hermana del Grupo

Local de Galaxias a 49 Kpc de nosotros ( unos 160.000 a.l.

de la Tierra ), y con un diámetro de 20.000 a.l., también

conocida como Nubecula Major.


Visible a simple vista como una región brumosa y alargada

que se extiende a unos 8º en el cielo en las constelaciones:

Dorado y Mensa. Su masa visible, en estrellas y gas, es

aproximadamente la décima parte de la Vía Láctea, y su

contenido en gas es relativamente alto.



Contiene tantos cúmulos viejos como jóvenes, incluyendo

varios cúmulos populosos de jóvenes estrellas azules,

desconocidos en nuestra Galaxia, que se asemejan a

versiones más jóvenes y más pequeñas de los cúmulos

globulares. ¿Será uno ese de ahí arriba?


Ya lo comenté aquí en otra ocasión, aparentemente no

existen cúmulos de edades intermedias, sugiriendo que

la LMC ha sufrido etapas de formación de estrellas, una

reciente y otra hace mucho tiempo.



Una estructura importante es la Nebulosa de la Tarántula,

gran complejo de gas y estrellas jóvenes y una estrella gigante

azul en la LMC explotó convirtiéndose en la Supernova 1987 A.


Por los alrededores anda lo que se conoce como Corriente

de Magallanes, fino rastro de hidrógeno neutro que se extiende

en un círculo máximo alrededor del cielo al menos 110º desde

las Nubes de Magallanes, pasando cerca del polo Sur

galáctico. Puede tratarse de restos arrancados por un

encuentro entre las Nubes de Magallanes y nuestra

Galaxia hace 200 millones de años.


Viendo la imagen, menos vistosa y sugestiva que otras

que hemos podido ver aquí, como aficionado, y no como

experto que podría discernir lo que en verdad nos

muestra, me limito a contemplarla y, lo que veo,

me sugiere cosas, tales como:


¿De donde vino la sustancia del Universo?


Por otra parte, se habla de la baja temperatura del

vacío espacial, y, la temperatura es el contenido térmico

medio por átomo de una cantidad de materia, y sólo la

materia puede tener temperatura. Si es así, parece que

no podemos hablar de la baja temperatura en el

espacio vacío, si hay temperatura es porque hay materia.



Nada puede surgir del vacío, si surge, es porque había.

¿Qué es el polvo cósmico y de donde viene?


Siempre tendremos un millón de cosas que querremos

saber, y, el Universo, tiene las respuestas.

Las diferentes longitudes de onda de las luces que
provienen del espacio se arremolinan como los arco
iris en el agua formando un nuevo y etéreo retrato
brillante de una región activa de formación de estrellas.
De esta forma tan poética y técnica al mismo tiempo se
define la imagen que vemos arriba de una 'cuna' de estrellas
que ha formado un nuevo cúmulo estelar que denominan
NGC 2074.


La Imagen, aunque sea en falsos colores, combina
diferentes radiaciones, como rayos X, infrarojos,
el ultravioleta de las estrellas nuevas e incluso luz
visible, y si pudiéramos verla tal cual es, veríamos
como todo ello, genera una amalgama de colores
que aportan información importante para entender
cómo llega una estrella a ser una estrella.


Esta imagen ofrece una interesante mirada hacia el
interior de la región activa de estrellas en ciernes.
Los científicos aseguran que, lugares como el que
arriba podemos ver, les revela información, a veces
nueva, sobre cómo se forman las estrellas en el Universo.




Sitios así de formación de estrellas es un zoológico
astronómico, cuando se combinan los datos
procedentes de varias longitudes de onda, los
astrónomos son capaces de separar con detalle
qué está pasando en las diferentes partes de la nube

que forma esa región de la galaxia.



Según los investigadores, los datos actuales
demuestran que tanto el viento como la radiación
están estrechamente relacionados con la formación
de las estrellas. Los resultados obtenidos muestran
que la formación de estos cuerpos celestes es un
proceso mucho más complicado de lo que se creía y que
implica mecanismos competitivos y colaborativos.


El Universo que en su inmensa vastedad, es siempre
complejo y nunca dejará de mostrarnos nuevos secretos
que nos hablan del por qué las cosas son tal como las
vamos descubriendo y no como creíamos que eran.


Un científico, creo que llamado Vicky, dijo una vez que:



“Para que el universo del Big Bang contenga las ladrillos
básicos necesarios para la evolución posterior de la
complejidad biológica-química debe tener una edad al
menos tan larga, como el tiempo que se necesita
para las reacciones nucleares en las estrellas produzcan
esos elaborados elementos.”


Esto significa que el universo observable debe
tener al menos diez mil millones de años y por
ello, puesto que se está expandiendo, debe tener un
tamaño de al menos diez mil millones de años luz.
No podríamos existir en un universo que fuera
significativamente más pequeño.


Un argumento hermosamente simple con respecto a
la inevitabilidad del gran tamaño del universo para
nosotros aparece por primera vez en el texto de las
Conferencias Bampton impartidas por el teólogo
de Oxford, Eric Mascall. Fueron publicadas en 1.956
y el autor atribuye la idea básica a Gerad Whitrow.



Estimulado por las sugerencias Whitrow, escribe:


“Si tenemos tendencia a sentirnos intimidados sólo
por el tamaño del universo, está bien recordar que
en algunas teorías cosmológicas existe una conexión
directa entre la cantidad de materia en el universo y
las condiciones en cualquier porción limitada del
mismo, de modo que en efecto puede ser necesario
que el universo tenga el enorme tamaño y la enorme
complejidad que la astronomía moderna ha revelado
para que la Tierra sea un posible hábitat para seres vivos.”


Esta simple observación puede ampliarse para ofrecernos
una comprensión profunda de los sutiles lazos que existen
entre aspectos superficialmente diferentes del universo que
vemos a nuestro alrededor y las propiedades del mismo.


Claro que los procesos de la alquimia estelar necesitan
tiempo: miles de millones de años de tiempo. Y debido
a que nuestro universo se está expandiendo, tiene que tener
un tamaño de miles de millones de años-luz para que durante
ese periodo de tiempo necesario pudiera haber fabricado los
componentes y elementos complejos para la vida. Un universo
que fuera sólo del tamaño de nuestra Vía Láctea, con sus
cien mil millones de estrellas resultaría insuficiente,
su tamaño sería sólo de un mes de crecimiento-expansión
y no habría producido esos elementos básicos para la vida.


¡Es todo tan complejo! Y, sin embargo, parece que poco
a poco, nos vamos acercando a ese saber que tan necesario
será para que, cuando llegue el momento, nos podamos
trasladar a otros mundos lejanos que posibilite la
preservación de nuestra especie. Sí, se que es sólo
un sueño y que, seguramente, si no lo hacemos nosotros
mismos alguna otra cosa vendrá y nos mandará al garete,
pero no puedo evitar el tener la esperanza de que todo será
de otra manera.


Algún día, lejano aún en eso que llamamos futuro,
podríamos estar tan ricamente instalados en mundos
que, como ahora la Tierra, nos acoja y, para entonces,
esperemos que la experiencia obtenida a través de
generaciones, haga que cuidemos de esas "Tierras" mejor
que lo hicimos con esta. Lo que por otra parte, es
seguro, ya que, la evolución y el conocimiento habrá
posibilitado que, aunque humanos, estemos ya en
ese nivel en el que nuestras mentes no podrían
soportar ciertos comportamientos.

Sir Emilio Silvera



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