En recuerdo de Antonio García García (1918-2010).
Nacido en la ciudad de La Laguna el 6 de diciembre de 1918 en la calle Herradores e hijo del Don Antonio García, maestro ebanista y militante de la potente, durante la década de los años treinta hasta el fatídico 18 de julio de 1936, CNT lagunera, en concreto, del ”Sindicato de Ebanistas, Carpinteros y Similares”, con sede en frente de la iglesia de La Concepción. En el año 1934, con tan solo 16 años de edad, ingresa en la organización anarquista de las Juventudes Libertarias (JJ. LL.) de esta ciudad, organización aparecida en la isla en el año 1932. Imbuido de la literatura y análisis ideológicos libertarios propios de la efervescencia, convulsión ideológica y “pequeña” revolución cultural ejercitada durante este periodo, especialmente, desde los medios ácratas, entra en contacto con las tesis de la escuela racionalista y moderna, con las ideas de Bakunin y Kropotkin, en definitiva con la cultura anarquista. Pronto, comienza a trabajar en la Librería libertaria “La Popular” situada en la misma calle Herradores, trabando amistad con los viejos militantes anarquistas isleños Bernardino Afonso y Miguel Luque Espino, regentes de dicha librería y represaliados tras el golpe de estado. En este espectro, los jóvenes libertarios discuten y debaten en el enconado contexto ideológico del momento, y en relación a la discusión interna del anarquismo de ese periodo sobre la estructuración de la sociedad pos-clases que daría la revolución social y la huelga general revolucionaria. Las Juventudes Libertarias, promueve la propuesta organizativa dada por del modelo anarquista de la sociedad Comunista Libertaria.
En la aciaga noche del 18 de julio de 1936, resuena en el local confederal lagunero el replique de campanas provenientes de la cercana iglesia de La Concepción. Antonio, contaba con 18 años de edad.
A la mañana siguiente, en frente del cercano “Orfeón La paz”, se entera por mediación de otros compañeros de lo que está aconteciendo, mientras un grupo de militares pegan en las paredes y leen en voz alta el bando de guerra.
El medievalismo hispánico, complementado de forma contemporánea con el fascismo europeo, tan advertido y denunciado por los libertarios, lejos de recoger la cosecha de ese verano en las fértiles vegas de la isla, asesina, ultraja y hace desaparecer a muchos hijos de la tierra y obreros de las incipientes fábricas. Son las primeras horas de oscuridad que se ciernen sobre la clase trabajadora isleña en la caciquil finca de Tenerife.
El periplo carcelario de Antonio García, comienza con su detención por un grupo de falangistas en la vivienda donde residía en la calle Herradores en la madrugada del 30 de noviembre de 1936. Tras pasar por distintas comisarias y calabozos falangistas, donde es interrogado acerca de las Juventudes Libertarias y los anarquistas en La Laguna, es trasladado a la cárcel anexa al ayuntamiento. Hasta septiembre de 1937, es sometido a las fatigosas jornadas de los “batallones de trabajo”. Fecha, en la que ingresa en la fatídica prisión Costa Sur (Faiffes) en Santa Cruz. En mayo de 1939, es trasladado al campo de Rota (Cádiz) hasta junio de ese año en que es integrado como soldado trabajador nº 384 del batallón disciplinario de Soldados Trabajadores. Pronto, seria enviado a distintas cárceles del protectorado colonial español, Marruecos. En febrero de 1940, tendría como destino la cárcel de Miranda de Ebro (Burgos). Tras regresar a Canarias en 1941 en libertad condicional, es sometido a otra forma encubierta de cárcel para los presos en situación de libertad condicional, el servicio militar. Situación que duraría hasta 1943.
Lejos de renunciar a las ideas, es detenido por la Brigada Social en una reunión clandestina en marzo de 1947, hasta agosto del mismo año. Estrechamente vigilado, desarrolla su vida siempre enmarcada en un alto sentido humanista de intenso trabajo intelectual.
Aficionado a la poesía, deja un interesante legado en este sentido.
Respetado por todos, y espejo donde mirar en busca del actual y socialmente denostado reflejo de la dignidad, Antonio García García, dejó de existir el pasado mes de agosto a los 93 años de edad. Cerrando para siempre, sus ojos a la permanente búsqueda en el horizonte perdido de la libertad y justicia social, del niño y del viejo. Inalcanzable en la actualidad, pero no irrealizable, tal cual, significa en definición el propio concepto Utópico inherente al anarquismo.
¡Que la tierra te sea leve, compañero!
José L. Guzmán García
“Cuando yo me muera, que sea en primavera, y que sea de día, con un cielo limpio, sobre verdes campos, con flores y trinos de pájaros libres: con cantos de niños, aromas de flores de amores primeros”.
Antonio García.
Articulo extraído de la Revista En Marcha, órgano portavoz de la CNT de Canarias, noviembre de 2010. José L. Guzmán García / Artículo de opinión.-