martes, 18 de noviembre de 2008

Los bancos de alimentos tienen cada vez más peticiones de ayuda


SOLIDARIDAD


Los bancos de alimentos tienen cada vez más peticiones de ayuda



09-10-2008

Los bancos de alimentos cada vez tienen más estanterías vacías porque tanto empresas como particulares lo tienen más difícil para hacer donaciones. Las asociaciones benéficas cada vez engrosan más sus listas. En estos últimos meses muchas familias se han anotado para recibir alimentos de manera gratuita. Una bolsa cada quince días con alimentos básicos como leche, azúcar, arroz, pasta y aceite. Pero no sólo son indigentes los que piden ayuda. Muchos son trabajadores que antes estaban en el límite y con la crisis no les llega el dinero para afrontar los gastos mínimos de una familia. Un buen ejemplo es Cáritas. Aquí no reparten comida, sino ayudas en general. En los seis primeros meses de este año ya han recibido más peticiones de ayuda en medio año que en todo el año pasado. Muchas son para pagar facturas o la hipoteca. Familias en las que trabajaban los dos miembros y ahora, con alguno en el paro, las cuentas ya no dan. Y no sólo son más los que piden, sino también menos los que dan. Lo saben bien en el banco de alimentos de Vigo, desde donde se reparten los alimentos para las asociaciones, centros o asilos. Cada vez tienen más estanterías vacías porque tanto empresas como particulares lo tienen más difícil para hacer donaciones. (Vídeo: ATLAS)


5 comentarios:

CHOPINGO dijo...

Un poema en solidaridad con los 100.000 personas que mueren asesinadas diariamente de hambre. El hambre es obra del ser humano. Todos somos solidariamente responsables de este genocidio. El Hambre es debido al orden asesino que impera en el mundo con su cultura de muerte. Quien muere de hambre , como denuncia, Jean Zeigler, es víctima de un asesinato.... Nuestrro silencio ante las instituciones políticas nos hace cómplices...
Murió de hambre.
Jamás, con todo, se fijará
sobre su tumba esta razón
porque será enterrado en la fosa común.
Jamás se inscribirá sobre su tumba este motivo
porque no hay pasaporte para la pura verdad.

Había ido de ventanilla en ventanilla
en todas las oficinas
por todas las fábricas
por las moradas de todos los terratenientes.
No había nunca para él una plaza vacante...

Jirón a jirón su ropa acabó en harapos.
Y esto, junto a miles de piezas de tela
con las que nadie sabía qué hacer.
Se tumbaba a las noches en plena intemperie
hoy aquí, mañana allá.
Y, sin embargo, era un hombre.
Un hombre como tú.
Un hombre como yo.
Un hombre como todos los demás.
Un hombre como todos los hombres.
Y se tumbaba a las noches sobre la desnudez del sueño
al vecino calor de las confortables mansiones.

El hambre, en las entrañas..
El frío, en los huesos.
Sus carnes, rotas de flacidez y de cansancio.
Sin color. Sus costillas, un rosario de huesos.
Un grito de rebeldía cada fémur

No se escribirá, no, sobre su tumba
que murió lentamente, lentamente de hambre,
en tanto que la harina enmohecía en los comercios
y mientras que, detrás de sus contadurías
defendidas por rejas,
las fábricas, a reventar de productos,
contaban y contaban sus pingües beneficios.

Un hombre muere.
Un hombre como tú.
Un hombre como yo.
Un hombre como todos los hombres.
Un hombre muere de hambre,
de hambre, pero al lado de la abundancia.

No. No se dirá sobre su tumba:
«Murió de hambre».
¡Maldito el hombre
que desprecia al hombre
y lo rebaja!
No se escribirá sobre su tumba, no,
«Murió de hambre».

Y tú, amigo; pero tú, amigo,
recuérdalo:
ése murió de hambre
lentamente, lentamente, lentamente,
¡de hambre!
Un hombre como todo hombre.
Un hombre como tú
"muerto de hambre".
Lentamente, lentamente
en un mundo de abundancia...

CHOPINGO dijo...

SANTANDER. Hambre: genocidio planificado ¡G-20 culpable!

“Las modernas tecnologías, por sí mismas, no son suficientes para superar la carencia alimentaria, así como tampoco lo son las estadísticas o el envío de ayuda en casos de emergencia. Todo esto tiene ciertamente una gran importancia, sin embargo debe ser completado y orientado por una acción política que proteja la dignidad de la persona… La Iglesia católica propone un llamamiento firme y sentido, que sigue siendo de gran actualidad para quienes participan en la cumbre: "DA DE COMER AL QUE ESTÁ MURIENDO DE HAMBRE, SI NO LE DAS DE COMER, LE HABRÁS MATADO”.

CHOPINGO dijo...

Desde Haití hasta Camerún, pasando por Bangladesh, la gente se ha lanzado a las calles llevada por la rabia de no poder ya comprar alimentos. Hay dirigentes mundiales que reclaman más ayuda alimentaria ante el temor de una agitación política, así como más fondos y tecnología para aumentar la producción agrícola. Mientras, los países exportadores de cereales cierran sus fronteras para proteger sus mercados internos, a la vez que otros se ven forzados a comprar por el pánico a la escasez. ¿Auge de precios? No. ¿Escasez de alimentos? Tampoco. Nos encontramos en medio de un colapso estructural, consecuencia directa de tres décadas de globalización neoliberal.

Desde hace varios meses, una verdadera tormenta por el alza del costo de los alimentos en todo mundo le ha caido a familias, gobiernos y medios de comunicación. El precio del trigo aumentó 130% en el último año. (1) El del arroz se duplicó en Asia, tan solo en los últimos tres meses [2], al tiempo que alcanzó aumentos récord en el mercado de futuros de Chicago hace apenas una semana [3]. El aumento en espiral del costo del aceite comestible, de frutas y verduras, sin mencionar los lácteos y la carne, ha provocado una disminución del consumo de los mismos durante casi todo el año 2007. Desde Haití hasta Camerún, pasando por Bangladesh, la gente se ha lanzado a las calles llevada por la rabia de no poder ya comprar alimentos. Hay dirigentes mundiales que reclaman más ayuda alimentaria ante el temor de una agitación política, así como más fondos y tecnología para aumentar la producción agrícola. Mientras, los países exportadores de cereales cierran sus fronteras para proteger sus mercados internos, a la vez que otros se ven forzados a comprar por el pánico a la escasez. ¿Auge de precios? No. ¿Escasez de alimentos? Tampoco. Nos encontramos en medio de un colapso estructural, consecuencia directa de tres décadas de globalización neoliberal.

El sector agrícola tuvo en todo el mundo una producción récord de 2.300 millones de toneladas de granos en 2007, un 4% más que el año anterior. Desde 1961, la producción mundial de cereales se ha triplicado, mientras que la población se ha duplicado. Es cierto que las reservas están en el nivel más bajo de los últimos 30 años [4]. Pero, en resumidas cuentas, se produce suficiente cantidad de alimentos en el mundo. Sin embargo, no llega a quienes los necesitan. La gente consume directamente menos de la mitad de la producción mundial de granos. La mayor parte de esa producción se utiliza para consumo animal y cada vez más para biocombustibles a través de cadenas industriales en gran escala. De hecho, una vez atravesada la fría cortina de las estadísticas, es posible darse cuenta de que algo está fundamentalmente mal con nuestro sistema alimentario. Hemos permitido que los alimentos sean transformados de algo que alimenta a las personas y les asegura el sustento, en una simple mercancía para la especulación y los negocios. La lógica perversa de este sistema ha llegado a un punto crítico. Salta a la vista la manera en que beneficia a los inversionistas por sobre las necesidades alimenticias de la gente.

Las realidades del mercado

Los promotores de las políticas que han dado forma al actual sistema mundial alimentario –y que supuestamente son los responsables de evitar tales catástrofes– han ofrecido una serie de explicaciones sobre la crisis actual que todo el mundo ya ha escuchado una y otra vez: la sequía y otros problemas que afectan las cosechas, aumento de la demanda en China e India donde la gente aparentemente se está alimentando más y mejor, cultivos y tierras que se reconvierten masivamente hacia la producción de agrocombustibles, y demás explicaciones. Agreguen a esto la actuación de los especuladores que inflan los precios, lo cual también está siendo objeto de mayor indagación. Todos estos asuntos, obviamente, contribuyen a la actual crisis alimentaria.Pero no son totalmente responsables de su profundidad.Hay algo más importante detrás. Algo que une todos estos temas y que los popes del mundo de las finanzas y el desarrollo están manteniendo fuera de la discusión pública.

Nada de lo que dicen los nerds que formulan las políticasdebe opacar el hecho de que la actual crisis alimentaria es el resultado de la presión permanente ejercida desde la década de 1960 hacia el modelo agrícola de la “Revolución Verde”, y de la liberalización del comercio y las políticas de ajuste estructural impuestas a los países pobres por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, desde la década de 1970. Estas recetas de políticas fueron reforzadas a mediados de la década de 1990 con el establecimiento de la Organización Mundial del Comercio y, más recientemente, a través de un fárrago de acuerdos bi-laterales de libre comercio y de inversión. Junto con todo un paquete de otras medidas, han desmantelado de manera implacable los aranceles y otros instrumentos que los países en desarrollo tenían para proteger su producción agrícola local, y los forzaron a abrir sus mercados y tierras a los agronegocios mundiales, a los especuladores y a las exportaciones de alimentos subsidiados provenientes de los países ricos. En ese proceso, las tierras fértiles fueron reconvertidas de la producción de alimentos para abastecimiento de un mercado local a la producción de commodities mundiales para la exportación o cultivos de contra estación y de alto valor para abastecer los supermercados occidentales. Hoy, aproximadamente el 70% de los llamados países en desarrollo son importadores netos de alimentos [5]. Y de las 845 millones de personas con hambre en el mundo, 80% son pequeños agricultores y agricultoras [6]. Si a esto se le agrega la readecuacióndel crédito y los mercados financieros para crear una enorme industria de la deuda, sin control sobre los inversionistas, la gravedad del problema queda clara.

La política agrícola ha perdido total el contacto con su objetivo más fundamental de alimentar a la gente. El hambre lastima y la gente está desesperada. El Programa mundial de alimentos de Naciones Unidas estima que hay unas 100 millones de personas más que no pueden comer debido al espectacular alza de precios reciente [7]. Esto tiene a los gobiernos buscando frenéticamente cómo protegerse del sistema. Los afortunados que tienen existenciaspara exportar están retirándose del mercado mundial para separar sus precios internos de los astronómicos precios internacionales. Con el caso del trigo, la prohibición de exportarlo o las restricciones aplicadas en Kazajstán, Rusia, Ucrania y Argentina, significa que un tercio del mercado mundial ha sido clausurado. La situación con el arroz es aún peor. China, Indonesia, Vietnam, Egipto, India y Camboya han prohibido o restringido severamente las exportaciones, dejando unas pocas fuentes de suministro para la exportación, principalmente Tailandia y Estados Unidos. Países como Bangladesh ni siquiera pueden comprar el arroz que hoy necesitan debido al alto precio del mismo. Después de que el Banco Mundial y el FMI aconsejaran durante años a los países que un mercado liberalizado les aportaría mayor eficiencia en la producción y distribución de alimentos, los países más pobres del mundo se encuentran inmersos en una intensa puja contra especuladores y comerciantes, que están viviendo una verdadera época de bonanza. Los fondos de cobertura y otras fuentes de fondos especulativos están volcando millones de dólares a los commodities, para escapar de los resbaladizos mercados de valores y de la contracción del crédito; con ello alejan aún más las existencias de alimentos del alcance de los sectores pobres [8].

De acuerdo con algunas estimaciones, los fondos de inversión controlan ahora entre el 50% y el 60% del trigo comercializado en los más grandes mercados mundiales de commodities [9]. Una empresa estima que el monto de dinero especulativo en futuros de commodities –mercados en los que los inversionistas no compran o venden un commodity tangible, como el arroz o el trigo, sino que apuestan a las variaciones del precio– fue menor a US$ 5.000 millones en 2000 y trepó a US$ 175.000 millones en 2007 [10].

Esta situación no es accidental –y sus efectos son insostenibles. Miren a Haití. Pocas décadas atrás se autoabastecía de arroz. Pero las condiciones de los préstamos externos, en particular un programa del FMI de 1994, lo forzó a liberalizar su mercado. Así, desde Estados Unidos comenzó a llegar arroz barato, con el apoyo de subsidios y corrupción, y la producción local fue erradicada [11]. Ahora los precios del arroz aumentaron un 50% desde el año pasado, y el haitiano medio no puede comerlo. Por esta razón están saliendo a las calles o arriesgando sus vidas en un viaje en bote hasta los Estados Unidos. Las protestas por la crisis alimentaria también han estallado en África Occidental, desde Mauritania hasta Burkina Faso. También allí los programas de ajuste estructural y el dumping de la ayuda alimentaria destruyeron una larga historia de producción de arroz de la región, dejando a la gente a merced del mercado internacional. En Asia, el Banco Mundial aseguró reiteradamente a Filipinas, incluso hasta el año pasado, que autoabastecerse de arroz era innecesario, y que el mercado mundial se haría cargo de sus necesidades [12]. En la actualidad el gobierno se encuentra en una situación desesperada. Las reservas nacionales de arroz subsidiado están prácticamente agotadas y no puede completar sus pagos por importaciones debido a que los precios solicitados por los comerciantes son demasiado elevados.

El hambre como asesinato

Nunca como ahora ha resultado tan obvia la cruda verdad sobre quién gana y quién pierde en nuestro sistema alimentario mundial. Analicemos el elemento más básico de la producción de alimentos: la tierra. Podría decirse que el sistema alimentario industrial sufre de una drogodependencia de fertilizantes químicos. Necesita más y más para mantenerse vivo, erosionando suelos con el costo de destruir su potencial de sustentar cultivos alimenticios. Entre 1992 y 2003, la utilización de fertilizantes aumentó un 3% anual en la región Asia-Pacífico, mientras que, como resultado, el rendimiento del principal cultivo al cual se aplicaron, el arroz, sólo creció un 0,7% por año. En el contexto actual de ajustadas existencias de alimentos, la pequeña camarilla de empresas que controlan el mercado mundial de fertilizantes puede cobrar lo que quiera –y eso es exactamente lo que está haciendo. Las ganancias de Mosaic Corporation, empresa de Cargill que controla gran parte de la oferta de potasa y fosfato, aumentaron más del doble el año pasado [13]. La mayor empresa productora de potasa del mundo, Potash Crop, de Canadá, obtuvo más de mil millones de dólares de ganancias, lo que equivale a más de un 70% con relación a 2006 [14]. Enfrentados al pánico de la crisis mundial, los gobiernos han comenzado a desesperarse por aumentar sus cosechas, con lo cual le han dado a esas empresas la potestad de subir aún más la apuesta. En abril de 2008, la filial comercial offshore conjunta de Mosaic y Potash aumentó los precios de la potasa en un 40% para los compradores del sudeste asiático y en un 85% para los de América Latina. India tuvo que pagar un 130% más que el año pasado. Pero fue China quien se llevó la peor parte, fustigada con un alza de un 227% en su cuenta de fertilizantes con respecto al año anterior [15].

Tabla 1.
Aumento de las ganancias de algunas de las principales empresas de fertilizantes del mundo

Compañía


Beneficios 2007 (US$) en millones


Aumento con respecto a 2006

Potash Corp (Canadá)


$1.100


72%

Yara (Noruega)


$1.116


44%

Sinochem (China)


$1.100


95%

Mosaic (EEUU)


$ 708


141%

ICL (Israel)


$ 535


43%

K+ S (Alemania)


$ 420


2.8%

Si bien se está haciendo mucho dinero con los fertilizantes, para Cargill es tan solo un negocio secundario. Sus mayores ganancias provienen del comercio mundial de commodities agrícolas, el cual monopoliza en gran parte junto con algunas otras empresas gigantes. El 14 de abril de 2008, Cargill anunció que las ganancias que había obtenido del comercio de commodities en el primer trimestre de 2008 aumentaron un 86% con respecto al mismo periodo del año anterior. “La demanda de alimentos en las economías en desarrollo y de energía en todo el mundo está haciendo crecer la demanda de los productos agrícolas, a la vez que la inversión se ha enfocado en los mercados de commodities”, declaró Greg Page, presidente de Cargill y uno de sus principales ejecutivos. “Los aumentos de los precios están alcanzando nuevas marcas y los mercados son extraordinariamente volátiles. En este contexto, el equipo de Cargill ha realizado un trabajo excepcional midiendo y evaluando el riesgo de los precios y manejando el enorme volumen de granos, semillas oleaginosas y otras commodities que circulan por nuestras cadenas de suministros para clientes de todo el mundo” [16].

La administración y la evaluación no son tan difíciles para una compañía como Cargill, con su posición casi monopólica y un equipo mundial de analistas que tiene las dimensiones de un organismo de las Naciones Unidas. En realidad, todos los grandes comerciantes de granos están logrando ganancias récord. Bunge, otro gran comerciante de alimentos, en el último trimestre fiscal de 2007 tuvo un aumento en sus ganancias de 245 millones de dólares, o 77%, con respecto al mismo periodo el año anterior. ADM, el segundo mayor comerciante de granos del mundo, experimentó un aumento del 65% en sus ganancias de 2007, llegando a un récord de 2.200 millones de dólares. Charoen Pokphand Foods, de Tailandia, es una importante empresa asiática; para este año anuncia un aumento impresionante de sus ingresos, que calcula en 237%.

Tabla 2.
Aumento de las ganancias de algunos de los principales comerciantes mundiales de granos

Compañía


Beneficios 2007 (US$)
en millones


Aumento con respecto a 2006

Cargill (Canadá)


$ 2.340


36%

ADM (EEUU)


$ 2.200


67%

ConAgra (EEUU)


$ 764


30%

Bunge (EEUU)


$ 738


49%

Noble Group (Singapur)


$ 258


92%

Marubeni (Japón)


$ 90*


43%*

No está en esta lista Louis Dreyfus (Francia), un comerciante privado de commodities agrícolas, con ventas anuales que superan los US$ 22.000 millones, que no aporta información acerca de sus ganancias.
* Los datos son solo de la sección Agri-Maine de Marubeni

Las grandes firmas mundiales procesadoras de alimentos, algunas de las cuales actúan además en la comercialización, también se están llenando los bolsillos. Las ventas mundiales de Nestlé crecieron un 7% el año pasado. “Lo veíamos venir, así que nos protegimos comprando materias primas por anticipado”, dice François-Xavier Perroud, vocero de Nestlé [17]. Los márgenes están subiendo también en Unilever. “Las presiones sobre los commodities han aumentado radicalmente, pero hemos logrado compensarlas con medidas en materia de precios adoptadas oportunamente y con los réditos permanentes que nos han dado nuestros programas de ahorro”, dice Patrick Cescau, miembro del Directorio de Unilever. “No sacrificaremos nuestros márgenes ni nuestra participación en el mercado” [18]. Las empresas de alimentos no parecen estar sacando su tajada a costa de las grandes empresas de venta al público. El rey de los supermercados del Reino Unido, Tesco, dice que sus ganancias aumentaron un 12,3% con respecto al año anterior, un récord alto. Otros almacenes importantes, como Carrefour de Francia y Wal-Mart de los Estados Unidos, dicen que las ventas de alimentos son el principal factor que contribuye al incremento de sus ganancias [19]. La división mexicana de Wal-Mart, Wal-Mex, que maneja un tercio del total de ventas de alimentos en México, informó de un aumento del 11% en sus ganancias para el primer trimestre de 2008, mientras la gente hace manifestaciones callejeras porque no puede costearse más las tortillas [20].

Parece que casi todos los actores empresariales de la cadena mundial de alimentos están ganando una fortuna con la crisis alimentaria. A las compañías de semillas y agroquímicas también les está yendo bien. Monsanto, la mayor firma de semillas del mundo, declaró que las ganancias generales aumentaron un 44% en 2007 con respecto al año anterior [21]. DuPont, la compañía mundial de semillas número dos, dijo que sus ganancias por la venta de semillas en 2007 aumentó 19% con relación a 2006, mientras que Syngenta, la empresa número uno de plaguicidas y número tres de semillas, obtuvo un 28% más de ganancias en el primer trimestre de 2008 [22].

Esos récords de ganancias no tienen nada que ver con algún valor nuevo que estén produciendo esas empresas y tampoco son ganancias inesperadas recibidas de algún brusco cambio de la oferta y la demanda. Es un reflejo del poder extremo que esas intermediarias han acumulado con la globalización del sistema alimentario. Íntimamente vinculadas con la formulación de las normas de comercio que rigen el sistema alimentario actual y con un estrecho control de los mercados y de los sistemas financieros cada vez más complejos a través de los cuales opera el comercio mundial, esas empresas están en una posición perfecta para convertir la escasez de alimentos en pingües beneficios. La gente tiene que comer, cualquiera sea el costo.

La imperiosa necesidad de cambiar las políticas

El telón de fondo de esta situación perversa del mercado alimenticio es el sistema financiero mundial, que en este preciso momento se tambalea en su endeble eje. Lo que el año pasado comenzó como una crisis localizada de préstamos hipotecarios en los Estados Unidos, se ha manifestado ahora en una situación en la que se ha tomado conciencia de que los emperadores del sistema financiero mundial no tienen ropas. La economía mundial vive en base a una deuda que nadie puede pagar. Mientras los banqueros centrales y los ejecutivos de Lear Jet tratan de improvisar parches para revertir la desconfianza, el mensaje subliminal es que el sistema está en bancarrota y nadie en el poder quiere tomar las riendas. Ni el FMI, ni el Banco Mundial, y del Grupo de los 8 en junio no esperemos mucho más que el oropel de las relaciones públicas. Es el mismo tema con los alimentos: una elite ideológica ha obligado a nuestros países a abrir drásticamente los mercados y dejar que rija el libre mercado, para que unas pocas megaempresas, inversionistas y especuladores puedan hacer mucho dinero. El neoliberalismo, acompañado de la corrupción galopante que azota a nuestros países y los sistemas comerciales, ha perdido todo viso de legitimidad en tanto ha causado estragos en el centro mismo de nuestras necesidades más básicas: la capacidad de alimentarnos. El ejemplo más aberrante de cuán fuera de lugar están esos ideólogos es que muchos están comenzando a reclamar abiertamente mayor liberalización del comercio como solución a la crisis alimentaria, y llegan incluso a proponer que se cambien las normas de la OMC para impedir que los países impongan restricciones a las exportaciones de alimentos [23].

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, intentó convencer al mundo con su exhortación de establecer un “Nuevo Acuerdo” para resolver la crisis alimentaria. Pero el sonsonete de sus relaciones públicas, replicado entusiastamente por otros organismos, representa tan solo más de lo mismo: más liberalización del comercio, más tecnología y más ayuda. La crisis alimentaria actual es el producto directo de décadas del tipo de políticas que ahora debemos erradicar. Si bien es necesario aplicar medidas inmediatas para bajar los precios de los alimentos y hacer que los alimentos lleguen a quienes los necesitan, también es imperioso dar un giro radical en la política agrícola de manera que los pequeños agricultores de todo el mundo tengan acceso a la tierra y puedan vivir de lo que ella les da. Necesitamos políticas que apoyen y protejan a los agricultores, pescadores y otros sectores que producen alimentos para sus familias, para los mercados locales y para la gente de las ciudades, en lugar de un mercado de commodities internacional abstracto y un minúsculo clan de ejecutivos de empresas. Y necesitamos fortalecer y promover el uso de tecnologías basadas en el conocimiento y el control de quienes saben cómo hacer crecer los alimentos: las comunidades locales. Dicho de otra manera, necesitamos soberanía alimentaria, ya –del tipo de la que definen y dirigen los propios pequeños agricultores y pescadores.

En todo el mundo ha habido movimientos sociales que han estado luchando durante décadas para promover ese cambio de estrategia; pero en respuesta han sido desoídos y calificados de obsoletos –cuando no a menudo reprimidos violentamente-- por quienes detentan el poder. Si hay algún atisbo de esperanza en esta crisis, es que esta situación pueda revertirse. En algunos países los gobiernos ya están recurriendo a las organizaciones campesinas para trabajar con ellas en la reformulación de sus políticas agrícolas. Otros están comenzando a cuestionar el argumento fundamental de impulsar una mayor libertad de comercio. Los halcones neoliberales que están en la cima de la pirámide de la política alimentaria mundial han perdido la credibilidad que de alguna manera pudieron haber tenido alguna vez. Es hora de que salgan del camino para que las visiones de soberanía alimentaria y reforma agraria, que surgen de las bases, puedan ocupar su lugar y sacarnos de este lío infernal.


Fuente: http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/40701

Para más información:
- FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación). Situación alimentaria mundial
- Financial Times. “The global food crisis”, mapa intercativo, actualizado al 21 de abril de 2008
- Confédération Paysanne, " Les révoltes de la faim dans les pays du Sud : l'aboutissement logique de choix économiques et politiques désastreux", Comunicado de prensa, 18 a abril de 2008
- “UNCTAD official blames food crisis on structural adjustment programme”, This Day, Lagos, 23 de abril de 2008, en: http://allafrica.com/stories/200804230375.html
- Sobre soberanía alimentaria: http://www.viacampesina.org y http://www.nyeleni2007.org
- Sobre agrocombustibles: número 53 de Biodiversidad, GRAIN, julio de 2007, if !supportLineBreakNewLine

[1] Bloomberg, citado por la BBC, Londres, 14 de abril de 2008

[2] “Action to meet Asian rice crisis”, BBC, Londres, 17 de abril de 2008

[3] Para ver informes diarios: http://www.riceonline.com. En la medida que hay muchos exportadores asiáticos de arroz fuera de juego, los países necesitados de Asia y África se están volcando al mercado de EEUU, donde los precios están por las nubes.

[4] Brian Halweil, "Grain harvest sets record, but supplies still tight", Worldwatch Institute, Washington, D.C. En: http://www.worldwatch.org/node/5539

[5] Katarina Wahlberg, “Are we approaching a global food crisis?”, World Economy & Development en Brief, Global Policy Forum, 3 de marzo de 2008

[6] Entrevista a un experto en políticas alimentarias, Radio Francia Internacional, París, 20 de abril de 2008

[7] “ONU: inflación en alimentos básicos”, BBC, Londres, 22 de abril de 2008

[8] Sinclair Stewart y Paul Waldie, "U.S. food producers, speculators square off", Globe and Mail, Toronto, 23 de abril de 2008

[9] Ibid. “Why grocery prices are set to soar”, Globe and Mail, Toronto, 24 de abril de 2008

[10] Paul Waldie, “Why grocery prices are set to soar”, op cit

[11] Bill Quigley, “USA role in Haiti hunger riots”, Znet, US, 23 de abril de 2008, en:

[12] Banco Mundial, “Can the world market for rice be trusted”, Box 1 on p. 52 de: “Philippines: Agriculture Public Expenditure Review,” Technical Paper, Banco Mundial, Washington. D.C., 2007: En: http://go.worldbank.org/TGRSK19300

[13] Postasa y fosfatos son dos de los principales ingredientes de los fertilizantes químicos.

[14] David Ebner, “Saskatchewan: A lot more than wheat,” Globe and Mail, Toronto, 11 de abril de 2008

[15] John Partridge y Andy Hoffman, “China deal sends Potash soaring,” Globe and Mail, Toronto, 17 de abril de 2008

[16] “Cargill income up sharply in third quarter” World Grain, Kansas, 14 de abril de 2008

[17] “Tightening belts”, The Economist, Londres, 10 de abril de 2008

[18] Jonathan Sibun, “Unilever profits surge despite price pressures”, The Telegraph, Londres, 3 de noviembre de 2007, y, “Get set for more price hikes: Unilever chief”, Business Standard, India, 16 de marzo de 2008.

[19] Foo Yun Chee, “Major European retailers post higher profits for 2007”, Reuters, 6 de marzo de 2008

[20] Associated Press, “Wal-Mart de Mexico's 1Q profits rise 11 percent on higher sales, cost controls”, 8 de abril de 2008

[21] Monsanto Company, Informe anual, 2007.

[22] DuPont, Informe anual 2007, y “Syngenta anuncia cifra negocio en progresión 28 por ciento primer trimestre”, EFE, 22 de abril de 2008

[23] Isabel Reynolds, “WTO should pressure food exporters – Mandelson”, Reuters, 23 de abril de 2008

CHOPINGO dijo...

El grado de manipulación a la que nos someten los medios de comunicación formales es cada vez más salvaje, convirtiéndose en los principales propagadores de las tesis de los organismos internacionales.

Por el Grupo de Sanitarios por la dignidad de TODA persona humana.



“Pastillas para estómagos vacíos. La crisis alimentaria amenaza con abortar los esfuerzos contra el VIH”. Este era el titular de un artículo publicado en un periódico de tirada nacional en el mes de Junio, en el que miente sobre las causas del hambre y echa la culpa a los empobrecidos de su situación, dejando entender que el problema de África es el SIDA, que el hambre es producto del cambio climático y las catástrofes naturales, que es responsabilidad exclusiva de los gobiernos locales…. El grado de manipulación a la que nos someten los medios de comunicación formales es cada vez más salvaje, convirtiéndose en los principales propagadores de las tesis de los organismos internacionales. Medios de comunicación y organismos internacionales, en perfecta alianza contra los empobrecidos.

Hoy van a morir 100.000 personas por hambre. El 86% de la población mundial, 4.500 millones de personas, sufre hambre, mientras el 15% restante disfrutamos de más del 90% de las riquezas mundiales. La propia OMS (Organización Mundial de la Salud) en un informe de 1995 afirma que “la mayor causa de mortalidad en el mundo es la pobreza”. Sin embargo el hambre no aparece en las estadísticas e informes sobre la salud de los países empobrecidos que la OMS hace, a pesar de que es la manera más común de morir, la principal causa de enfermedad y el mayor problema sanitario de la humanidad…. Y va en aumento

Las estadísticas y datos de los organismos internacionales dirán que los empobrecidos mueren de SIDA, malaria, enfermedad de Chagas, Dengue,… Pero a estas enfermedades, que afectan a una de cada seis personas en el mundo (1.000 millones), las llama cínicamente “enfermedades olvidadas”… ¡como si se tratara de un despiste!, ocultando con esta manera de nombrarlas, que para la mayoría de estas enfermedades existe tratamiento y/o prevención. Ocultando así, que muchas de ellas son manifestaciones de un estado de desnutrición y de inmunodeficiencia crónico, es decir, de hambre. Que son enfermedades que las padecen en su mayor parte, los empobrecidos, por no tener agua potable, medidas de saneamiento básico o vivienda, profesionales sanitarios, por las guerras que sufren, …y no fruto de la fatalidad, de las catástrofes naturales, de la falta de posibilidades científico-técnicas, de “crisis”, sino fruto de un sistema político-económico injusto que les roba sus recursos naturales y su población, que hace negocio con su enfermedad, que sólo puede sostenerse a base de aumentar el número de excluidos.……. Por tanto señores de la OMS dejen de mentir: no son enfermedades olvidadas, ¡¡son enfermedades PLANIFICADAS!! ¡Si quieren ponerles un nombre que responda a la verdad hablen de ASESINATO! La humanidad cuenta con los medios necesarios para que ni una persona muera por hambre o por alguna de estas enfermedades, lo que no hay es VOLUNTAD POLÍTICA porque la miseria es el verdadero motor del capitalismo. Lo dijo Jean Ziegler, relator de la ONU para la alimentación, en el 2005: “Hoy ya no existen fatalidades. “Tenemos los medios para alimentar al doble de la población actual”, y por tanto “un niño que muere de hambre hoy, muere asesinado”. Y lo mismo si muere de cólera o tuberculosis (TBC) o de la mayoría de estas “enfermedades olvidadas”.

En EEUU la malaria fue la enfermedad más importante a mediados del S.XIX, y su disminución se debió sólo en una pequeña parte a medidas dirigidas contra la misma enfermedad y más que todo al desarrollo agrícola. Similar ocurrió con la TBC o el cólera en Europa y las medidas de saneamiento. Sin embargo para los países empobrecidos las “soluciones” que los organismos internacionales ofrecen son “farmacológicas” ¿Por qué?:

1- Porque no son solución. Nos enriquecemos con su hambre y enfermedad: Por eso la dinámica de los mercados impuesta gracias al predominio de las grandes potencias en el diseño de las relaciones económicas provoca a los países más pobres pérdidas de 500.000 millones de dólares (10 veces más que la ayuda que reciben para el desarrollo). Por eso los países enriquecidos pueden imponer cupos a determinados productos procedentes de los países empobrecidos o subsidiar la propia producción para penetrar en sus mercados. Por eso el Estado español recibe cada año en pago de deuda externa un 50% más de dinero de los países empobrecidos de los que da a estos en “Ayuda Oficial al Desarrollo”. Por eso el sistema de patentes… Por eso para el Reino Unido, sólo el personal sanitario que llega ya formado de Ghana representa un ahorro de 95 millones de €.

Y no podemos olvidar que el hambre, la enfermedad, la muerte (perdón, asesinato) son un instrumento de control demográfico, que el sistema imperialista necesita realizar sobre los países empobrecidos. La población genera riqueza y posibilidades de emancipación…. Y por eso los empobrecidos son presentados como “amenaza”, como “problema para la seguridad”

2- La enfermedad es un negocio. Y los países empobrecidos no son “el mejor mercado”, claro. Por eso por cada 1.000 € que se dedican a la investigación, 999 € se destinan a enfermedades asociadas al primer mundo. Las multinacionales farmacéuticas constituyen el sector industrial con más ganancias. El medicamento más vendido del mundo, alcanzando unas ventas mundiales se 5.000 millones de euros (casi un billón de las antiguas pesetas) es un medicamento para reducir el colesterol, que es una manifestación directa de una sociedad sobrealimentada. Las empresas farmacéuticas en EEUU gastan unos 500 millones de dólares al año en investigación y desarrollo en salud animal, 10 veces más que el gasto dedicado a enfermedades tropicales.

Por eso los países empobrecidos, con el 86% de la población mundial, sólo representan el 20% del total de ventas de la industria farmacéutica.

Hoy más que nunca debemos poner en la plaza pública las causas que generan hambre. Porque medios de comunicación, partidos políticos del arco parlamentario, organismos internacionales… están mintiendo. Hoy más que nunca debemos escuchar la voz de los empobrecidos de la tierra, que nos gritan: “No queremos ayudas, abridnos vuestras fronteras”; este fue el grito unánime por parte de muchos países empobrecidos en las cumbres de la OMC celebradas en Cancún (2003) y en Hong Kong (2005). Con otras palabras lo expresaba Donato Ndongo-Bidyogo, escritor y periodista de Guinea Ecuatorial: “A los pueblos africanos no nos interesan tanto las consecuencias como las causas de nuestra miseria. Queremos recuperar nuestra dignidad. Las riquezas de nuestro suelo y subsuelo, bien gestionadas y pagadas nos permitirían vivir con decoro; no podemos conformarnos con la limosna, se disfrace como se disfrace cuando podemos exigir y obtener justicia. Queremos protagonizar nuestra propia historia. La cooperación internacional nos perpetúa en la miseria, puesto que no ataca a las estructuras de la pobreza, sino que se limita a paliar sus efectos de modo superficial. Y queremos soluciones estructurales, no paños calientes que signifiquen pan para hoy y hambre para mañana. África no necesita asistencialismo sino justicia. Siglos de asistencialismo, limosna, ayuda, cooperación, no han terminado con nuestras miserias. No queremos servir de pretexto para que la gente lave sus conciencias”.

CHOPINGO dijo...

La Humanidad, en la era de la post Guerra Fría, está marchando hacia una crisis económica y social de una escala sin precedentes que está conduciendo hacia un rápido empobrecimiento a amplios sectores de la población mundial.

Michel Chossudovsky. Global Research
Traducción Horacio J. Garetto 12-05-2008

La Humanidad, en la era de la post Guerra Fría, está marchando hacia una crisis económica y social de una escala sin precedentes que está conduciendo hacia un rápido empobrecimiento a amplios sectores de la población mundial. Hay economías nacionales colapsando, hay desempleo rampante. Hay erupciones de hambre en el Africa Subsahariana, en el sur de Asia, y en parte de América Latina. Esta “globalización de la pobreza”, que ha tenido por consecuencia una dramática reversión de los logros conseguidos durante el período de la descolonización de después del fin de la segunda guerra mundial, comenzó con la crisis de la deuda, a principios de 1980 y con la imposición de las letales reformas económicas del Fondo Monetario Internacional.

El Nuevo Orden Mundial se alimenta de pobreza humana y de destrucción del medio ambiente. Genera apartheid social, alienta el racismo y las discordias étnicas, socava los derechos de las mujeres y a menudo hunde los países en confrontaciones destructivas entre distintos nacionalismos que los integran. Desde 1990 extendió su alcance a todas las grandes regiones del mundo, incluyendo Norteamérica, Europa Occidental, los países del antiguo bloque soviético y los nuevos países industrializaos (NICs por las siglas en ingles) del sudeste asiático y del Lejano Oriente.

Esta crisis mundial es más devastadora que la gran Depresión de los años 30’. Tiene muchas más implicaciones geopolíticas; dislocaciones económicas han acompañado el inicio de guerras regionales, la fractura de sociedades nacionales y en algunos casos la destrucción de países enteros. Esta es, por lejos, la crisis económica más seria de la historia moderna (Michel Chossudovsky, The Globalization of Poverty, First Edition, 1997) Introducción El hambre es resultado de las reestructuraciones en favor del “libre Mercado” de la economía global proceso que tiene sus raíces en la crisis de la deuda de comienzos de 1980. No es un fenómeno reciente como pretenden sugerirlo muchos informes de la prensa occidental.

Pobreza y desnutrición crónica son condiciones preexistentes. Los aumentos recientes en los precios de la alimentación han exacerbado y agravado la crisis alimentaria. Golpean muy duro en las poblaciones empobrecidas que apenas si tienen los medios para supervivir.



Los problemas han irrumpido casi simultáneamente en todas partes:

“El precio de los alimentos en Haití subieron un promedio de más 40% en menos de un año, con los de primera necesidad como el arroz, duplicándose…. En Bangladesh (a fines de abril 2008) unos 20 mil trabajadores textiles tomaron las calles para denunciar el aumento de los precios de los alimentos y para demandar aumento de salarios. El precio del arroz se duplicó en el último año, amenazando a los trabajadores, que ganan salarios de solo 25 dólares. En Egipto las protestas terminaron con dos muertos, cientos de arrestados, policías en las fábricas…. Los alimentos subieron un 40%. A principios de año en Costa de Marfil, miles de personas marcharon hacia la casa del presidente Laurent Gbagbo cantando “tenemos hambre” y “la vida es demasiado cara, nos están matando”.

Demostraciones similares, huelgas y enfrentamientos tuvieron lugar en Bolivia, Perú, Mexico, Indonesia, Filipinas, Pakistan, Uzbekistan, Tailandia, Yemen, Etiopia, y a través de la mayor parte del Africa sub-Sahariana (Bill Van Auken, Amid mounting food crisis, governments fear revolution of the hungry, Global Research, April 2008)



“Eliminando los pobres”

Con amplios sectores de la población mundial que ya están por debajo de la línea de pobreza los recientes feroces aumentos de los precios de los alimentos de primera necesidad son devastadores. Millones de personas alrededor del mundo son incapaces de adquirir los alimentos para su supervivencia. Estos aumentos hacen su contribución, de verdad, al proceso de “eliminación de los pobres” a través de muertes masivas por hambre. En palabras de Henry Kisinguer: “Controla el petróleo y controlarás a los países. Controla los alimentos y controlarás la gente”.

A este respecto Kisinguer, en efecto, en el contexto del Memorándum de Seguridad Nacional, número 200 del año 1974, titulado “Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad Nacional” que la ocurrencia de hambrunas puede constituir un instrumento de control de la población. De acuerdo con la FAO el precio de los granos de primera necesidad se incrementó un 88% desde marzo de 2007. El precio del trigo se incrementó un 181% en tres años. El precio del arroz un 50% en los últimos tres meses. (Véase el art. de See Ian Angus, Food Crisis: "The greatest demonstration of the historical failure of the capitalist model", Global Research, April 2008):

“El arroz más popular de Tailandia se vendía hace 5 años a 198 la tonelada, 323 hace un año. En abril de 2008 llegó a 1000 USS la tonelada. Esos incrementos son todavía peores en los mercados locales. En Haití la bolsa de 50 kilos se duplicó en valor en una semana a fines de marzo de 2008. Estos incrementos son catastróficos para los 2600 millones de personas que viven con menos de 2 dólares por día y que gastan entre un 60 a un 80% de sus ingresos en comida. Cientos de millones no tienen para comprarse el alimento”.

Dos dimensiones relacionadas Este proceso por el cual poblaciones enteras están entrando en una crisis alimentaria tiene dos aspectos relacionados:

Primero, que hay todo un proceso histórico que viene desde hace varios décadas que ha hundido los niveles de vida tanto en los países desarrollados como en los no desarrollados Segundamente, que estas preexistentes condiciones históricas de pobreza de masas fueron exacerbadas y agravadas por el reciente aumento en los precios de los granos, lo que ha llevado en varios casos a una duplicación de los precios de venta al consumidor final de los alimentos de primera necesidad. Estos aumentos son, en una amplia proporción, resultado de movimientos especulativos. Causas especulativas en los aumentos de los granos.

Los medios de comunicación han en gran parte engañado a la opinión pública respecto de las causas de estos aumentos, enfocándose casi exclusivamente en el aspecto de los costos de producción, climáticos y otros que han redundado en una reducción de la oferta y que pueden haber contribuido a alentar los aumentos de los precios. Si bien pueden haber concurrido son de relevancia limitada a la hora de explicar la índole impresionante y dramática de esos aumentos.

Esos aumentos en espiral que estamos contemplando con estupor son en gran parte el resultado de manipulaciones de los mercados. Son en gran parte atribuibles a juegos especulativos. Los precios de los granos hacia el alza son empujados en esa dirección por operaciones especulativas en el Chicago Board of Trade a su vez fusionado (en el 2007) con el Chicago Mercantile Exchange lo cual dio por resultado la entidad comercial más grande del mundo en las tratativas de compraventa de commodities lo cual incluye un amplio menú de opciones, contratos sobre precios futuros, index funds, etc .

Las especulaciones con trigo, con arroz o con maíz pueden hacerse sin necesidad de que la transacción “suceda en el mundo real”. Los que participan de estos juegos no necesariamente están implicados en la venta o entrega de los granos. Las transacciones pueden usar commodity index funds que son apuestas o al alza o la baja de los precios. Una “put option” es una apuesta a la suba de los precios y una “call option” es una apuesta a la baja. Proponiéndoselo, los “traders” (los operadores del mercado) y las grandes instituciones financieras pueden llevar los precios para arriba en general o también en particular el de algún grano.

La especulación genera volatitilidad en los mercados. A su turno la inestabilidad resultante alienta y estimula las actividades especulativas.

Se tienen ganancias normales cuando los precios suben. Pero si un especulador está vendido “en corto” (short-selling) también pueden ganar apostando a que los precios colapsen.

Este conjunto de aumentos especulativos recientes en los precios de los alimentos condujeron a una ola de hambre mundial que no tiene precedentes por su escala.



La ausencia de medidas de regulación desencadena el hambre

Estas operaciones especulativas no se proponen per se desencadenar el hambre. Lo que desencadena el hambre es la ausencia de regulaciones en estos mercados especulativos (de opciones, opciones sobre futuros, fondos de inversión en commodities). En el actual contexto, un congelamiento de la especulación en los mercados de alimentos de primera necesidad, tomado como una imperativa decisión política, contribuiría inmediatamente a bajar los precios de los alimentos. Nada impide hacerlo pero nada hace prever que se esté pensando en un prudente cuidadoso conjunto de medidas como este.

Por lo que se ve esto no es lo que está siendo propuesto por el Banco Mundial y por el Fondo Monetario Internacional.



El rol del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial

El Banco Mundial y el FMI han presentado un plan de emergencia, teóricamente con la idea de alentar la agricultura, en respuesta a la “crisis de los alimentos”. Pero las causas verdaderas de la situación no son enfocadas. El presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick describe su iniciativa como un Nuevo Trato, como un plan de acción de largo plazo destinado a alentar la producción, que consistiría, entre otras cosas, en duplicar los préstamos a los agricultores africanos.

"Tenemos que poner el dinero dónde hoy es urgente, en las bocas de los hambrientos” (Robert Zoellick, World Bank presidente, citado por la BBC, 2 Mayo 2008) Pero la “medicina económica” del Fondo Monetario y del Banco Mundial no son la solución sino en una importante medida la “causa” del problema. Más préstamos del FMI/BM para alentar la agricultura aumentará el endeudamiento y exacerbará más que aliviará la pobreza.

Los préstamos del Banco Mundial son otorgados con la condición de que los países se comporten según el manual neoliberal el cual desde principios de 1980 condujo a un colapso de las agriculturas locales.

Los programas de estabilización y de ajuste estructural impuestos por el FMI/BM a los países en desarrollo como condición para la renegociación de sus deudas externas por el contrario condujeron al empobrecimiento de centenares de millones de personas.

Lo decisivo es que las severas, ásperas realidades económicas y sociales que están por debajo de las intervenciones del FMI son los aumentos de precios de los alimentos, hambres, despidos masivos de trabajadores urbanos y destrucción de programas sociales. El poder interno de compra ha colapsado, las clínicas de salud para las mujeres y escuelas para los chicos fueron cerradas. Hay centenares de millones de chicos que tienen denegado el derecho a la educación primaria.



Los tratamientos de shock del FMI

Históricamente hablando los procesos de espiralización de los precios de los alimentos en el nivel del comercio minorista, fueron desencadenados por feroces devaluaciones de las monedas, que a menudo se convertían en hiperinflaciones. En Perú, por ej. en agosto de 1990, por órdenes del FMI, el precio de los combustibles se incrementó, de la noche a la mañana, en 30 veces. El del pan 20.

“A través de todo el Tercer Mundo la situación es de desesperación social y de desesperanza de las poblaciones empobrecidas por la interacción de las fuerzas del mercado. Anti-SAP y levantamientos populares son brutalmente reprimidos: Caracas, 1989. El presidente Carlos Andres Perez después de denunciar retóricamente al FMI de practicar “una economía totalitaria que mata no con balas pero sí con hambre” declaró el estado de emergencia y envió unidades de infantería y marines a los barriadas humildes en las colinas que rodean a la capital a reprimir las manifestaciones tras que el pan aumente un 200 por ciento. Se abrió fuego indiscriminadamente, la morgue de Caracas reportó 200 muertos, cuentas no oficiales se habla de más de mil muertos. Enero de 1984: conflictos sociales en Túnez motivadas por el desempleo joven y protestas por el alza en el precio de los alimentos; Nigeria, 1989, idem por el cierre de 6 universidades; Marruecos, 1990, huelga y levantamiento general contra las reformas del gobierno exigidas por el FMI (Michel Chossudovsky, op cit.)



La desregulación de los mercados de granos

Desde los años 80’ l os mercados de granos, impulsados por las políticas del Banco Mundial, se desregularon y los excedentes de la Unión Europea y de Estados Unidos fueron usados sistemáticamente para destrozar el campesinado y para desestabilizar los sistemas nacionales de agricultura. A este respecto los préstamos del Banco Mundial requerían el levantamiento de barreras comerciales a la importación de bienes agriculturiles, todo lo cual con frecuencia conducía a dumping (N. del T. se denomina así a vender en el exterior por debajo del precio al que uno vende en el mercado del que el vendedor proviene) por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea con sus excedentes de granos en los mercados locales. Esto llevaba a los agricultores locales a la quiebra.

El “libre mercado” aplicado a la agricultura, impuesto por el FMI y el Banco Mundial destruye las producciones campesinas y socava la “seguridad alimentaria”. Malawi y Zimbabwe eran en algún momento países prósperos con una producción de granos excedentaria respecto del nivel de consumo de su gente. Ruanda era virtualmente autosuficiente en alimentos hasta 1990 cuando las políticas del FMI le hicieron abrir los mercados a los granos subsidiados, con políticas inmorales de dumping que llevaron a todos sus pequeños productores a la ruina. En los años 91/92 el hambre golpeó Kenia, el país más exitoso del este de Africa en lo que respecta a producción de trigo. Pero claro, poco antes a su gobierno lo habían puesto en la lista negra por no querer someterse a las condiciones del Fondo. Porque la desregulación y apertura a las importaciones de granos era una condición puesta para renovar y reprogramar la deuda externa con sus acreedores del Club de París (Michel Chossudovsky, The Globalization of Poverty and the New World Order, Second Edition, Montreal 2003) El patrón que se repite todo a lo largo de Africa, sudeste de Asia y América Latina es el de que todas las políticas promovidas por las instituciones de Breton Woods llevan siempre a perder la “seguridad alimentaria”. El hambre en la era de la globalización es el resultado de una política. El hambre no es la consecuencia de la escasez de alimentos sino al revés: los excedentes de alimentos fueron utilizados para desestabilizar las producciones de los países en desarrollo.

Estrechamente controlados por las transnacionales del agronegocio estos excedentes conducían en definitiva al estancamiento tanto de la producción como del consumo de alimentos esenciales y al empobrecimiento de campesinos todo a lo largo y ancho del mundo. Pero además, en la era de la globalización, los programas de ajuste estructural del FMI y del Banco Mundial son cosas que tienen una relación directa con el fenómeno del hambre en tanto y en cuánto que sistemáticamente socavaron todos los renglones de actividad, tanto urbanos como rurales.

Los ingresos de los agricultores tanto en los países ricos como pobres son estrujados por un puñado de grandes empresas globales agroindustriales que controlan los mercados de granos, los ingresos de los agricultores, las semillas y los alimentos procesados. Una firma gigante como Cargill que tiene más de 140 subsidiarias alrededor del mundo controla una parte bastante importante del comercio de granos. Desde 1950 es el principal contratista de EU para prestar el servicio de “ayuda alimentaria” (ley de 1954 número 480) La agricultura mundial tiene por primera vez en su historia la capacidad técnica de satisfacer los requerimientos de alimentos del planeta entero. A capacidad de producir alimentos es enorme, pero los niveles de consumo de alimentos se mantienen extraordinariamente bajos porque una enorme porción de la población mundial vive en condiciones de pobreza y privación extremas. Además, el proceso de "modernización" de agricultura llevó a la expoliación de los agricultores, aumentó la falta de tierras disponibles y la degradación ambiental. En otras palabras las mismas fuerzas que alientan la expansión de la producción global de alimentos están también empujando, antiéticamente, una contracción de los niveles de vida.



Semillas genéticamente modificadas

Coincidentemente con el establecimiento de la Organización Mundial de Comercio en 1995 (sucesora del GATT, General Agreement of trade and tariffs) otro importante cambio histórico ocurrió en la estructura de la agricultura mundial. Con esas reglas del juego los gigantes del agronegocio obtuvieron plena libertad para penetrar en los mercados de semillas de los países en desarrollo. La adquisición de los derechos de propiedad intelectual exclusivos sobre variedades de plantas también condujo a la destrucción de la biodiversidad. Actuando por cuenta de un puñado de conglomerados biotecnológicos les fueron dados a un montón de productores semillas genéticamente modificadas (GMO, siglas en inglés) inclusive muchas de esas veces disimuladas dentro de “paquetes de ayuda alimentaria”. En Etiopia, por ejemplo, paquetes de semillas genéticamente modificadas les fueron dados a los campesinos en el medio de una ola de una devastadora sequía. Se plantó, se cosechó, pero al minuto después los campesinos se encontraron con que esas semillas no se podían volver a plantar sin pagarle regalías a Monsanto, a Arch Daniel Midland, y tutti quanti, etc. Y a continuación también descubrieron que las benditas semillas no se podían cosechar sino se utilizaban los insumos tales como los herbicidas, los insecticidas y los fertilizantes que también los producen y proveen y distribuyen los mismos de siempre: los gigantes biotecnológicos del agronegocio. Economía campesinas enteras fueron captadas por las redes de los grandes conglomerados del agronegocio. Ruptura del ciclo de la Agricultura

Con la adopción de semillas genéticamente modificadas un gran cambio ha ocurrido en la historia y la estructura de la agricultura desde que esta nació, estimativamente unos 10 mil años atrás.

La reproducción de semillas en viveros en los pueblos y ciudades fue discontinuada por el uso de semillas genéticamente modificadas. El ciclo tradicional, natural, de la agricultura, que permitía a los agricultores guardar sus semillas orgánicas y plantarlas y cosecharlas hasta que se vuelva a cumplir el ciclo fue roto. Este patrón destructivo –invariablemente productor de hambre- se reproduce en país tras país a todo lo largo y ancho del mundo conduciendo a la extinción de la economía campesina.

Autor: Michel Chossudovsky- Fecha: 2008-06-06

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