viernes, 21 de noviembre de 2008

Los ataques a las renovables se prodigan en algunos medios de comunicación

Los ataques a las renovables se prodigan en algunos medios de comunicación

14 de noviembre de 2008

El martes se publicó en Expansión una noticia con este titular: “Cada español paga 80 euros para sostener la energía verde”. Sin faltar a la verdad, la información recoge sólo aspectos que distorsionan la realidad de las renovables, en una estrategia que se repite con frecuencia en algunos medios de comunicación y determinadas entidades. Puestos a hacer la cuenta de la vieja hay titulares más llamativos. Sirva un ejemplo: el consumo de combustibles fósiles cuesta a cada español 1.140 euros, 14 veces más que el consumo de renovables.

La información del diario Expansión señala que “los usuarios de electricidad en España pagarán 2.859 millones de euros en 2008 y otros 3.653 millones en 2009 para subvencionar las energías renovables”. Se refiere a las primas que recibe la producción con energías limpias y está basada en la propuesta de revisión de las tarifas para 2009 de la Comisión Nacional de Energía (CNE) que tanto ha dado que hablar al sugerir que para corregir el déficit tarifario (alcanza ya los 14.000 millones y sólo en 2008 habrá crecido en 6.716 millones) el recibo de la luz debería subir un 31% en enero.

Según el periódico económico las primas a las renovables “pesan el 42% en ese déficit”. También apunta que “la energía verde está socialmente muy bien vista, pero pocos ciudadanos son conscientes de que esas instalaciones se subvencionan vía recibo de la luz. Las primas se consideran un coste más del sistema eléctrico. Como éste no tiene ingresos suficientes (los precios finales no reflejan el coste de la energía) se genera lo que se conoce como déficit de tarifa”.

Javier García Breva, director general de Solynova Energía y ex director general del IDAE, es contundente a la hora de analizar este tipo de informaciones. “La demagogia es un mal método de análisis para un servicio básico como es la energía. Transmite a la opinión pública un mensaje perverso contra las renovables e injusto porque es un análisis sesgado e incompleto. Siguiendo el argumento de Expansión, las importaciones de petróleo nos cuestan 50.000 millones de euros al año, o lo que es lo mismo 1.087 euros por habitante. Y las emisiones de CO2 2.500 millones, o lo que es lo mismo, 54 euros por habitante. Conclusión: el consumo de combustibles fósiles cuesta a cada uno de los 46 millones de ciudadanos españoles 1.140 euros, 14 veces más que el consumo de renovables”.

Renovables y déficit tarifario
El dato citado por Expansión de que las primas a las renovables pesan el 42% en el déficit tarifario no es de la CNE. Tampoco es cierto que el sobrecoste de las renovables será de 2.859 millones en 2008 porque en este paquete se está metiendo todo el régimen especial del que la cogeneración, que no son renovables sino eficiencia, representa casi la mitad. Por tanto estaríamos hablando, en todo caso, de 40 euros persona/año.

Según García Breva, “el déficit de tarifa es consecuencia de una pésima regulación que desde 1996 hasta 2004 rebajó el recibo de la luz un 26% y desde entonces ha crecido al nivel del IPC. El ministro Rodrigo Rato acordó con las eléctricas en 2003 este artificio contable que ningún regulador posterior ha querido corregir y se han limitado a mirar para otro lado cuando el precio del crudo ha pasado de 20 a 147 dólares el barril. Por ello, culpar a las renovables del déficit de tarifa y contárselo así a los consumidores es una falsedad y si el recibo de la luz reflejase los costes reales de generación las renovables serían competitivas”.

La eólica ahorra dinero
En el caso concreto de la eólica, la tecnología renovable más desarrollada, la afirmación de Expansión rechina de modo singular porque, según la Asociación Empresarial Eólica (AEE), “los retornos económicos de la energía del viento duplican el importe de las primas que percibe”. Es cierto que esas primas cuestan dinero; el sector eólico percibió por este concepto 991 millones de euros en 2007. Pero hay una segunda verdad que se olvida de forma interesada, y es que también redujo el precio de la electricidad en 1.198 millones. Lo que supone que “la eólica rebajó en 207 millones de euros la factura eléctrica, por lo que cada ciudadano se ahorró 4,5 euros el año pasado gracias a la electricidad que produjeron los aerogeneradores”.

Si la eólica no hubiera aportado los 27.394 GWh que produjo el año pasado, añade la asociación, “esta generación hubiera sido cubierta por las tecnologías más caras y el coste del sistema se hubiera incrementado en los citados 207 millones de euros, resultado de restar al ahorro citado el importe de las primas”.

Según el informe de la AEE, el año pasado la eólica evitó la importación de casi seis millones de toneladas equivalentes de petróleo (lo que supuso un ahorro de 1.014 millones de euros). Además, gracias a los kilovatios eólicos –kW limpios–, España dejó de emitir dieciocho millones de toneladas de CO2, gas de efecto invernadero que se hubiese enviado a la atmósfera de haber generado esa electricidad en centrales térmicas de gas natural, fuel o carbón.

La AEE ha querido salir al paso “ante las diversas informaciones que en las últimas semanas están apareciendo en los medios de comunicación cuestionando las primas a las energías renovables”. A esos retornos positivos, tal y como los define la AEE, hay que añadir, según la asociación, varios otros. A saber: la creación de más de 40.000 empleos (solo en el sector eólico, pues los demás sectores renovables –solar, biomasa, etcétera– han generado ya otros 150.000 puestos de trabajo en España) y la exportación, que, el pasado año, alcanzó los 2.500 millones de euros.

Se da la circunstancia además de que el sistema de apoyo al precio de España ha sido recientemente reconocido por la Unión Europea como “el más eficaz y eficiente” para la promoción de las energías renovables en la Propuesta de Directiva de la Comisión Europea sobre el apoyo a estas tecnologías, de 23 de enero de 2008.

Basta hacer cuentas
La revista científica Energy Policy ha publicado recientemente un artículo donde se demuestra que entre enero de 2005 y mayo de 2007, el periodo analizado, la producción eólica no sólo no supuso un sobre coste para el sistema eléctrico español sino que implicó un ahorro significativo cercano a los 2.000 millones de euros. Los autores, Gonzalo Sáenz de Miera, del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid y director de Prospectiva Regulatoria de Iberdrola, Pablo del Río, de la facultad de Económicas de la Universidad de Castilla–La Mancha, e Ignacio Vizcaíno, de Iberdrola, se han molestado, básicamente, en hacer cuentas.

Lo que trataban de demostrar es que para determinar esos hipotéticos sobre costes habría que considerar cuanto menos las externalidades positivas que la producción eólica tiene sobre el precio de la energía en el mercado. Al menos de dos maneras: desplazando a la tecnología térmica marginal, como las centrales de fuel, y desplazando la generación térmica, que supone una menor demanda de derechos de emisión y por tanto una reducción de su precio.

De acuerdo con los cálculos realizados la producción eólica en España redujo los precios de mercado en 7,08 €/MWh en 2005, 12,44 €/MWh en 2006 y 12,44€ MWh entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2007. En términos relativos, esto supuso una reducción sobre el precio de mercado medio del 11,7%, 8,6% y 25,1%, respectivamente. A partir de estos valores, los autores han estimado que, “por este efecto, la producción eólica ahorró al sistema, y por tanto al consumidor, 1.746 M€ en 2005, 1.200 M€ en 2006, y 1.348 M€ en el periodo analizado de 2007. Ahorro muy superior al importe recibido por la eólica en concepto de primas, el denominado sobre coste”.

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