sábado, 22 de noviembre de 2008

CON ZAPATERO GANAMOS INTERNACIONALMENTE .EL SENEGAL DECIDE DAR CLASES DE ESPAÑOL ¡QUE BIEN!!

El español en Senegal


YANET ACOSTA, Madrid


Senegal, con 11 millones de habitantes, es un país plurilingüe, donde hablar diversos idiomas y dialectos es motivo de orgullo. La colonización francesa de estas tierras convirtió el francés en lengua oficial, aunque sus habitantes hablan sus propias lenguas locales, pertenecientes a las etnias peul, serere, diola y wolof, entre otras. Sin embargo, desde hace una década, el español se ha convertido en la lengua extranjera más hablada, incluso por encima del árabe y del inglés.


Actualmente, según las cifras del último Anuario del Instituto Cervantes, 100.000 estudiantes aprenden el español en la enseñanza media y secundaria en Senegal, mientras que unos 1.455 jóvenes lo estudian en las universidades senegalesas.


Estas cifras duplican las que se registraban en 1991, cuando el español, con 50.000 alumnos, era el segundo idioma extranjero más hablado, tras el inglés.


Este auge de la lengua de Cervantes en Senegal se debe a que España está de moda en el país africano y no sólo porque representa para muchos la puerta de Europa, sino también por el creciente número de visitantes españoles que registra Senegal al año.



Simon tiene 21 años y habla francés, diola –el idioma de su etnia- y wolof, el dialecto más extendido en el país. Trabaja como guía de españoles en las excursiones organizadas por algunos campamentos en la isla de Carabane, en la región senegalesa de Casamance. El dinero que gana lo ahorra con el objetivo de costearse los estudios de español de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar.



Esta Universidad se encuentra dentro del programa de becas de la Agencia Española de Cooperación Internacional, pero sólo 90 estudiantes de los 1.054 que estudiaron el pasado curso pudieron acceder a ellas.


El objetivo de Simon es continuar trabajando como guía de español, pero por todo el país, para lo que necesita un mejor nivel de español. Sin embargo, no se plantea el emigrar a España y menos aún en cayuco, algo que sólo se les ocurre a los “locos” dice mientras frota su dedo índice contra la sien.


En Carabane no sólo Simon habla español, ya que los trabajadores de los campamentos y gran parte de la población lo utilizan habitualmente para comunicarse con los turistas procedentes de España, quienes incluso pueden leer los carteles en su propio idioma o encontrarse con locales con nombre español.


En esta islita tienen gran predicamento los trabajos en telas y entre los sastres más conocidos, un nativo que utiliza el idioma como gancho comercial y que se hace llamar Paco y hasta anuncia su tienda con un cartel en español, precedido del saludo en diola, su lengua nativa, “Kassoumay”.


Un diccionario de español


El idioma español también se escucha en el interior del país, en la frontera con Guinea Bissau, donde se encuentran una serie de tribus conocidas como el país Bassari, un lugar de gran atractivo para muchos visitantes españoles.



Allí, Aliou ha trabajando más de 10 años como guía. En ese tiempo ha aprendido el español de hablarlo con los turistas. Aliou no piensa ni remotamente en subir a un cayuco, porque cree que la riqueza está en su propio país, gracias al turismo, aunque sus ojos se iluminan cuando habla de poder visitar España.



Aliou es de la etnia mandinga, procedente de Malí, y su gran orgullo es poder hablar, además de francés, inglés y español, seis idiomas tribales más, entre ellos el wolof, el mandinga y el peul.


El guía afirma que los idiomas de las etnias los ha aprendido viajando y acompañando a turistas por tribus como las enclavadas en la zona más montañosa de todo el país. Allí se encuentran aldeas como Bandafassi, Ibel e Iwol.


En Bandafassi los adolescentes van al encuentro de los turistas españoles a quienes piden diccionarios de francés-español, para aprender la lengua. En Ibel, sin embargo, muchos jóvenes saben ya hablar muy bien el español, algunos gracias a la escuela y otros gracias a los turistas.


Aruna es tan solo un niño y ha aprendido español acompañando a los guías y a los turistas desde su aldea, Ibel, hasta Iwol, un poblado en la montaña. Sin embargo, quiere hablarlo mejor y dice que estudia cada día un diccionario que alguien le regaló.


Seibi, sin embargo, ha aprendido español en el colegio y no descarta poder viajar alguna vez a España, donde viven algunos hermanos de sus amigos, pero, asegura que de ir, sería, por supuesto, en avión. Este chico acompaña también a los guías y a los turistas con el objetivo de practicar la lengua y de ganarse una propina.


En el campamento de Ibel, mientras los turistas esperan a que caiga el sol para afrontar a pie la subida hasta el poblado de Iwol, muchos niños y adolescentes se acercan a conocer a los visitantes y a saludar a los guías. Entre ellos alardean sobre los idiomas que saben hablar.



Dos pueblos hermanos


En el pequeño municipio senegalés Joal-Fadiouth, cuna del poeta y primer presidente de Senegal, Leopold Sedar Senghor, se recibe a los españoles con un: “Hola, ¿qué tal amigo?”, pronunciado en un perfecto español.


Acto seguido, los jóvenes preguntan de dónde eres y si dices de Madrid, se les abren los ojos y especifican: “¿De Fuenlabrada?”.



La villa madrileña de Fuenlabrada y esta localidad senegalesa están hermanadas. Además, el ayuntamiento fuenlabreño colabora en la construcción de un centro para la formación de la mujer en Joal-Fadiouth junto con Arquitectos Sin Fronteras.


Desde la Alcaldía de Fuenlabrada, Pilar Vilches, explica que en las ocasiones que la corporación municipal ha ido a realizar el seguimiento de las obras del centro, ha sido toda una sorpresa el escuchar hablar tan bien el español.


Vilches recuerda que en el último viaje, visitaron incluso un colegio de enseñanza media para ver una clase de español y quedaron atónitos ante el interés de los estudiantes por el idioma.


Actualmente, el buen nivel de español de muchos de estos chicos les ha permitido el organizar una cooperativa de guías turísticos en español que acompañan a los visitantes a conocer Fadiouth, una peculiar isla hecha sólo de conchas, y que está unida a Joal a través de un largo puente de madera.El gran interés por la lengua de Cervantes en Senegal también ha sorprendido a Carolina García, quien ha sido lectora –profesora de español becada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación español- en Dakar durante dos años.


Actualmente el Ministerio mantiene dos profesores en la Universidad Cheik Anta Diop de Dakar y estudia la posibilidad de enviar un tercero a la Universidad de Gaston Berger de Saint-Louis.


El programa de becas del Ministerio de Asuntos Exteriores permite cada año que un número limitado de estudiantes y profesores senegaleses puedan ir a España a continuar sus estudios o investigaciones, sin embargo, la demanda es muy superior a la oferta.


*Yanet Acosta es una periodista tinerfeña afincada en Madrid


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