DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL
¡ QUE DIFERENCIA A NIVEL HUMANO CON OTROS OBISPOS !
EL OBISPO DE BILBAO UNA GRAN PERSONA
PREOCUPADA DE LOS POBRES.
RICARDO BLÁZQUEZ: ´La crisis actual
no puede castigar más a los pobres´
'De muchas formas habló Dios al hombre...' es el título de la conferencia que pronunció ayer en las VIII Jornadas de Teología Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao desde 1995 y vicepresidente de la Conferencia Episcopal.
- ¿Cómo le habla ahora Dios a los hombres, en una época dominada por la incomunicación y el aislamiento intelectual?
- La palabra de Dios ha constituido el tema del sínodo de los obispos que duró tres semanas en Roma el mes pasado. De muchas maneras y en muchas ocasiones, Dios ha hablado a los hombres en la Historia. Y continúa hablándonos a nosotros ahora. Sin duda que la palabra fundamental es la del Evangelio. Tanto es así que a Jesucristo le llamamos nosotros la palabra de Dios. Nos habla también a través de la Sagrada Escritura, de las obras de la Creación, de los signos que caracterizan nuestro tiempo, en el corazón de cada uno. De muchas formas.
- ¿Cómo se ve desde la Iglesia la actual crisis económica?
- Pues como todos los ciudadanos. En primer lugar, estamos percibiendo que a los centros de Cáritas, de las diócesis, de las parroquias, y de otras organizaciones diocesanas, de vida religiosa o de grupos cristianos, están acudiendo muchos más que en los últimos años, lo cual quiere decir que hay mayores necesidades. Y ante esta cuestión tan grande que es universal, hoy la economía también lo es. Todos tenemos muchas preguntas y muchas inquietudes. Yo pido que no sean los pobres los más castigados por esta crisis. Que seamos solidarios unos con otros y, entre todos, podamos hallar el camino de la superación de esta dificultad. También poniendo los valores morales muy en el fundamento de la economía y su futuro.
- Hay quienes apuntan a que esta crisis puede provocar un movimiento político y social real que pueda acabar con la pobreza.
- Puede ser. Esto es de unas magnitudes tan enormes que sus consecuencias yo, por lo menos, no termino de ver. Unas consecuencias que nos hacen temblar. En medio de todo esto creo que algo vamos descubriendo. El dinero no puede ser el valor supremo en la vida de las personas. El ideal de una persona no puede ser ganar dinero, mucho más dinero, dinero muy fácil, dinero multiplicado. Creo que una economía real y no especulativa no debe basarse en eso.
- Estos días estamos viendo en los medios de comunicación la campaña de financiación de la Iglesia. ¿Para cuando la autosuficiencia, prescindiendo de los fondos del Estado?
- Esos fondos no vienen del Estado sino de lo que se llama asignación tributaria. Y esta es la capacidad que se reconoce a cada uno de los que contribuimos, en este caso mediante los impuestos de carácter personal. Se nos da la capacidad de indicar a dónde queremos que una mínima cantidad de lo que contribuimos vaya destinada a la Iglesia católica o a otras instituciones de carácter social. No se recibe dinero del erario público, sino de los ciudadanos. De hecho, parte de los acuerdos que hace un año se firmaron entre la Conferencia Episcopal y el Gobierno eran justamente en torno a esto. Son los ciudadanos los que libremente asignan, si quieren o no.
- Volviendo al tema de su conferencia acerca del testimonio de Dios, que está presente en los textos sagrados. Una reciente encuesta coloca a España como uno de los países europeos en donde menos se lee la Biblia. ¿Qué le parece?
- Creo que la Biblia está en la mayor parte de las familias. Otra cuestión es si se lee o no. Y se comprende que, a diferencia de países como Alemania e Inglaterra que por tradición anglicana y protestante siempre han leído más la Escritura, en España, no tanto. Pero creo que se están acortando las distancias.
- Ingrid Bethencourt ha contado que en los 6 años de su cautiverio su fuerza era la lectura de la Biblia. ¿Puede ser un ejemplo?
- Es un ejemplo, sin duda, relevante del valor de la Palabra de Dios. Le dio esperanza, la sostuvo en las dificultades, la acompañó.
- Usted pidió el pasado año perdón público por la acción de la Iglesia durante la Guerra Civil. ¿Qué opinión le merece el proceso de apertura de fosas de víctimas?
- Yo no dije eso. Y tampoco hablo de ese tema.
- El Foro de la Familia parece que ha vinculado el posible aumento de la violencia de género con el cambio de la ley del aborto. ¿Qué opina?
- Desde el primer momento de la fecundación hay un ser humano que va pasando por diferentes fases. Pero es el mismo sujeto en cada una de ellas. De lo otro no opino.
DEL PERIODICO LA PROVINCIA:
http://www.laprovincia.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008111200_31_188909__ENTREVISTA-RICARDO-BLAZQUEZ-crisis-actual-puede-castigar-pobres
6 comentarios:
Me encanta un cura tan dado a la palabra y poco a la acción; en cualquier época de la vida, de crisis o no, la iglesia, ésa que dice que se preocupa de los pobres debería cundir con el ejemplo y repartir sus dividendos entre los menos favorecidos y como dijo Jesucristo "que su mano derecha no sepa lo que hace su mano izquierda".
Es evidente que cualquiera mejor que el que anda por La Laguna
Así que sintiéndolo mucho, y mientras no me demuestren lo contrario, TODOS IGUALES, CORTADOS POR EL MISMO PATRÓN
Bueno, Carmen, a veces es duro tener que coger ejemplo de lo que uno nunca se hubiera imaginado o que no entra dentro de las posibilidades. Sin embargo de lo que se sepera y no se produce el resultado es sentirse uno defraudado. Con lo del obispo me siento " sorprendido ", por lo inesperado. En términos comparativos con lo más próximo.
Mis felicitaciones a Guerrero por el blog y su construcción. Un saludo a Carmen, que hace tiempo no sé nada. En cuanto al tema, decir que tiene usted razón señor Guerrero en su planteamiento y que extraño a Chopingo. Me gustaría ver su punto de vista.
La financiación pública de la institución católica sólo cabe si es transparente y beneficia a todos.
Empezaremos esta reflexión sobre un tema tan discutido comentando dos hechos probados. El primero es que la Iglesia católica es la única confesión religiosa de las que existen en el territorio español que no se autofinancia. El segundo es que en ningún país desarrollado del mundo el Estado financia a la católica, o a otras iglesias, en una medida tan generosa como lo hace el Estado español. Algunos no lo hacen en absoluto.
Gran parte del problema de la financiación de la Iglesia española surge del primer hecho. Los católicos no sostienen adecuadamente a su Iglesia, como debieran en un Estado no confesional, en el cual la Constitución consagra la separación de todas las iglesias y del Estado. Con las aportaciones de los católicos no se podrían pagar los sueldos de las personas (clérigos y seglares) que mantienen funcionando la institución, ni los gastos en formación, equipos, viajes, publicaciones y demás costos de funcionamiento de la organización eclesiástica. Sin financiación externa, la Iglesia no podría funcionar. Esto es una vergüenza para los creyentes, y un defecto o un malentendido en la relación entre la Iglesia y sus fieles, cuyas consecuencias económicas no debieran echarse sin más sobre las espaldas de las autoridades civiles.
EL ESTADOfinancia generosamente a la Iglesia católica. En el acuerdo suscrito en 1979, ésta se comprometía a buscar la autofinanciación, por lo menos de sus operaciones internas, aunque no necesariamente de los servicios que da a la sociedad. La autofinanciación continua siendo un sueño o una vana promesa. El Estado espera paciente a que la Iglesia cumpla su promesa y mientras tanto paga. Las aportaciones del Gobierno español son de cinco clases.
Primera. El Ejecutivo dona y recauda el impuesto eclesiástico: el 0,52% del IRPF que los contribuyentes asignan voluntariamente a la Iglesia católica. El Estado no sólo cede una pequeña parte (la cual, si todos pagaran lo que deben, sería una cantidad considerable) de un impuesto al que tiene derecho exclusivo, sino que ahorra los costos de recaudación a la Iglesia y le asegura un nivel de ingresos que de otra manera la iglesia no recogería.
Segunda. El Estado complementa con aportaciones directas del erario público lo que falta para llegar al nivel comprometido en el presupuesto anual (150 millones de euros en el 2005). Las aportaciones de los fieles no suelen superar en mucho los 100 millones de euros, por lo que este año el resto, de unos 40 o 50 millones de euros, será una aportación directa del Estado.
Tercera. El Estado exime a la organización eclesial de varios impuestos: IVA (lo cual no agrada a la Unión Europea), IBI (sobre los muchos inmuebles que posee), sociedades, patrimonio, sucesiones y donaciones (importante para la Iglesia por las herencias que recibe). Constituyen estas renuncias fiscales una discriminación positiva a favor de la Iglesia católica, que no se suele mencionar cuando se habla de su financiación, pero suponen muchos cientos o miles de millones de euros cedidos por las Administraciones públicas a la Iglesia.
Cuarta. El Estado destina unos 500 millones de euros para pagar a los profesores de religión en las escuelas públicas y a los capellanes en hospitales, prisiones y cuarteles. Paga asimismo por la conservación de monumentos y obras de arte que son patrimonio de la Iglesia.
Quinta. El Estado paga más de 2.000 millones de euros a las órdenes religiosas que regentan las escuelas concertadas. Es la cifra que da el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes. Por otra parte, algunas administraciones públicas —comunidades autónomas y ayuntamientos— contribuyen a financiar instituciones de la Iglesia que se dedican a obras de beneficencia (hospitales, asilos, orfelinatos y centros de caridad). A estos servicios que prestan las instituciones eclesiásticas se les paga de la misma manera que a los demás proveedores de servicios públicos. Hay que reconocer que estas obras asistenciales de la Iglesia ahorran costos —y quebraderos de cabeza— a las administraciones. No quizá en la cuantía extrema que a veces se menciona (¡30.000 millones de euros es una absurda exageración!), pero sí en una parte importante.
AHORA LAcuestión es si esta situación va a continuar o va a cambiar. El principal criterio para decidirlo es ver si la Iglesia católica emplea la financiación que recibe de todos los ciudadanos en beneficio exclusivo de sus fieles o también en beneficio de toda la sociedad. Dado que el dinero público es dinero del público, muchos ciudadanos que no son católicos pero sí contribuyentes al erario público pueden pedir cuentas a la Iglesia de cómo usa sus contribuciones.
Por poner un ejemplo de mal uso eclesial del dinero público, es una vergüenza que parte de los aportaciones de los contribuyentes, aunque sea una porción pequeña, se dedique a financiar a una emisora de radio y a unos periodistas que han hecho misión de sus vidas el insultar y calumniar a los miembros del Gobierno actual y a quienes lo apoyan.
Cuestión aparte es lo que hace la Iglesia católica con los ingresos de sus posesiones en tierras, inmuebles, fondos de inversión (tipo Gescartera), acciones y otros tipos de activos. La institución eclesiástica no es pobre. ¿A qué dedica los réditos de su inmenso patrimonio? ¿Los destina a acumular riquezas para asegurarse un posible futuro incierto? ¿O los acumula para dar a las misiones extranjeras y a los pobres de tierras lejanas? En todo caso, a los contribuyentes que ponen de sus bolsillos el dinero que el Estado da a la Iglesia les gustaría ver sus cuentas y balances.
ESTO EN EL AÑO:2005.
CON ESTO NO ATACO LA PERSONA DE BILBAO,SI LA SOCIEDAD ECONOMICO RELIGIOSA EN LA QUE TRABAJA.
La Iglesia católica recibe del Estado más de 5.000 millones de euros cada año
Fuente: ELPLURAL.COM
Domingo 15 de junio de 2008, por ediciones simbioticas
Manipulación en la COPE: denuncia el "agravio" a la Iglesia por tener que pasar por el "referendum" del IRPF
¡Y hace creer que sólo recibe 150 millones de euros cuando son más de 5.000!
El vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal lamentó que la financiación de la Iglesia esté sometida a “un referéndum en el que cada contribuyente decide si la Iglesia recibe dinero y cuánto dinero recibe”. Lejos de estar en una situación de privilegio, dijo, resulta un agravio. Por primera vez en nuestro país, la confesión católica no recibirá una cuota fija de la Agencia Tributaria (150 millones de euros en el anterior ejercicio), sino que se le asignará solo la parte correspondiente a los contribuyentes que marquen su casilla en la declaración de la renta. Federico Jiménez Losantos y Pedro J. Ramírez no ahorraron en críticas al Gobierno por no financiar la labor social de la Iglesia, obviando que la Administración Central y las locales aportan, al margen de los ingresos tributarios, grandes partidas presupuestarias a los conciertos educativos, sanitarios y sociales con la Iglesia.
“Los contribuyentes deciden cuánto va a recibir la Iglesia del Estado, porque ya no hay una cantidad fija. Si la cantidad que hemos recibido del Estado, 150 millones de euros, es más de lo que nos dan los contribuyentes marcando la casilla, se devolverá la diferencia, explicó Giménez Barriocanal durante su intervención en la COPE, en la que instó a los católicos a marcar la casilla de la Iglesia en el IRPF. Y es que, por primera vez, la Administración no dará esa cantidad fija de 150 millones a la Iglesia, sino solo lo que le corresponda con las aportaciones de los creyentes.
"El Estado no podría por sí mismo"
El director del programa, Federico Jiménez Losantos, y el periodista Pedro J. Ramírez, tertuliano habitual, no dudaron en hacer demagogia con esta situación. El director de El Mundo, que aseguró haber estado en su momento a favor de que sólo los católicos financiasen tributariamente a la Iglesia, advirtió que la institución ejerce “una tarea de interés general de la que se beneficia la sociedad al margen de sus creencias”. “¿Quién se va a ocupar de los ancianos, de cuidar a determinados enfermos, como se van a apoyar? El Estado no podría por sí mismo llegar a cubrir todo esto”, lamentó.
Más de 5.000 millones del Estado
Sin embargo, en ningún momento de la entrevista se llegó hasta el fondo del asunto: esta labor social de la Iglesia ya está financiada por el Estado al margen de la aportación a través del IRPF. De hecho, el pasado año, la Administración Central, junto con las autonómicas y locales, invirtió unos 5.057 millones de euros en la financiación de actividades de la Iglesia, de los cuales solo 150 millones provenían de la declaración de la renta, que son los ingresos fijos que desaparecerán en este ejercicio. Sólo en exención de impuestos, el Estado ya le ahorra a la Iglesia una cifra muy superior a los ingresos del IRPF: unos 750 millones de euros.
Los distintos ingresos
Según Barriocanal, “la casilla de la renta supone una parte pequeña de la financiación de la Iglesia, en torno al 20 o 25 por ciento”. El resto, según sus palabras, “proviene de la aportación directa de los fieles”. Al vicesecretario económico de la Conferencia Episcopal se le olvidan las partidas presupuestarias del Estado para pagar, por ejemplo, conciertos educativos, actividad social, centros hospitalarios y salarios de religiosos, entre otros ingresos.
Inversión en educación
En el tema educativo, por ejemplo, los cerca de 2.400 centros católicos concertados obtienen subvenciones que rondan los 3.500 millones de euros, y el erario público paga los sueldos de sus cerca de 81.000 docentes. Además, los profesores que imparten la asignatura de Religión, ya sea en centros públicos, privados o concertados, son elegidos por la Conferencia Episcopal, pero pagados por el Estado, que invierte en ellos unos 600 millones de euros cada año.
A estos gastos habría que sumar los de las siete universidades vinculadas a distintas órdenes religiosas que hay en nuestro país, las 15 facultades eclesiásticas, 41 centros teológicos, 11 colegios universitarios, 55 escuelas universitarias y 72 institutos superiores que reciben financiación pública.
Actividad hospitalaria
La Administración también paga la actividad hospitalaria que realiza la Iglesia a través de los hospitales concertados, ambulatorios y dispensarios, a los que dedica unos 235 millones de euros. Además financia sus centros de ancianos y discapacitados y los orfanatos (876 y 937 millones respectivamente), entre otros centros de cuidados.
ONG y patrimonio
La actividad social de la Iglesia también recibe subvenciones estatales a través de la organización Cáritas, y de diversas ONG como Manos Unidas, y entidades como la Hermanitas de los Ancianos Desamparados o las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Y del mismo modo, se subvenciona el sostenimiento del patrimonio artístico y cultural que tiene la Iglesia en sus 280 museos, 103 catedrales y más de mil monasterios. El años pasado el Estado invirtió solo en obras de conservación y reforma de estos bienes más de 200 millones de euros.
Financiación con el IRPF
Por si estos datos no fueran suficientes, Losantos y sus tertulianos obviaron también el modo en que la Iglesia recibe el dinero del IRPF: cada católico que marca la casilla de la Iglesia no aporta el ni un solo euro de su bolsillo al IRPF, sino que es el Estado el que cede el 0,7 de esos impuestos a la Conferencia Episcopal: el contribuyente da de este modo solo un 99,3 por ciento de sus impuestos a la Administración, y no el 100 por cien como el resto.
Sobrefinanciación
Pese a las críticas de la COPE, el Ejecutivo socialista dio, durante sus dos primeros años de gobierno, seis millones de euros más que durante el mandato popular. Al suprimir la asignación fija de 150 millones del IRPF, la Administración solo eliminará una sobrefinanciación de más de 40 millones de euros que ha tenido la Iglesia hasta ahora.
Creo que ya es hora de que la iglesia católica de este pais deje el papel de victima y reconozca que está mantenida por el Estado, y que ya es hora de que el Estado asuma que ya está bien de bajarse los pantalones delante de la Curia eclesiástica. Creo que ya es hora de que salgamos a la calle, igual que hacen ellos, y les digamos en masa (porque somos muchos más que ellos) que estamos hartos de aguantarles ya, que estamos hartos de pagarles, que estamos hartos de que no haya escuelas laicas concertadas,que estamos hartos de verles en los hospitales ,ejercito y demás. O es que el laicismo que pregona nuestra Constitución era sólo una broma?
MI OPINION:CUANTO SE PUEDE HACER CON ESE DINERO,LOS DATOS DE ESTE AÑO NOS LOS TENGO HOY,la referencia ultima,esta cotejada a esa fechas,sigo pensando que Francis no murió,y que la apreciación de la constitución sigue estando lejos,ocupamos una simbiosis del sistema anterior.
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