Reírse del débil, del distinto, está en los orígenes. Empieza en el patio del colegio, y hasta hace unos años constituía el argumentario de humoristas zafios en la televisión pública; recuerden aquel Arévalo y sus «esa mariquita que va…», «ese gangoso», «ese negro»… Hoy el humor en la tele es políticamente correcto y más inteligente. Toma el relevo la publicidad.
Somos desarrollados, y qué gracia nos hace la pobreza y la ignorancia de los países en vías de desarrollo. Una aldea oriental que se construye un Metro como el de Madrid con una única estación, debe ser como para troncharse. Pues nosotros no le vemos la gracia.
Para vender una caja de ahorros, pongamos un pueblo andino que a todos los niños les llama Madrid: Alejandromadrid, Jorgemadrid, y eso porque les hemos pagado un hospital para aletargar nuestra maltrecha conciencia… apaga la tele que me parto de risa.
¿No es suficiente? Burguer King necesita un gancho para colocarnos un documental larguísimo, y nada mejor que reunir a los subdesarrollados del mundo y que hagan el ridículo ante un Whopper gigante.
Es pestilente. No merece más comentarios. Lo que llama la atención es que esa fiebre por retirar anuncios supuestamente ofensivos, no alcance nunca a los pobres. Claro, como son rumanos, chinitos y sudacas…
Metro de Madrid.
CajaMadrid.
Burger King.
3 comentarios:
Estoy completamente de acuerdo con Álvaro Sobrino sobre la opinión que le merecen ciertos anuncios publicitarios como los que cita en tu Blog.
Para mi gusto, anuncios disfrazados de una supuesta caridad mal entendida y con el que solo se pretende dar soporte a la propia campaña publicitaria de la entidad en cuestión.
Anoche tuve ocasión de presenciar en "no sé que cadena de tv" un experimento laboral llevado a cabo en algunas empresas con jóvenes afectados de síndrome de Down mediante el cual se habría encontrado la panacea para su reinserción social a partir del trabajo remunerado.
Independientemente de la voluntad de integración social que se les ofrecia nadie tuvo reparo en declarar y posteriormente admitir, más o menos, lo siguiente:
"Que es gente muy capacitada para ciertos trabajos de tipo rutinario que, en general, son despreciados por la gente ordinaria, mientras que para ellos supone una manera eficaz de sentirse completamente realizados psiquicamente".
Como si "EL TRABAJO RUTINARIO" no fuera RUTINARIO para todos por igual.
Apreciado amigo Antonio:
Deseo que recuperes cuanto antes la normalidad con tu ordenador portátil.
Yo sigo intentando encontrar soluciones a tu problema aquí en Barcelona pero hasta el Lunes no tendré confirmación sobre el particular.
Saludos.
Gracias Zoilo, por tu amistad.
Publicar un comentario